La Diabetes Mellitus es el mal de nuestros tiempos. Cada día hay en nuestro país y en todo el mundo más y más miles de seres humanos afligidos por esta enfermedad que la Ciencia Médica considera manejable pero al mismo tiempo incurable, progresiva y mortal. Millones de personas mueren cada año por la diabetes, lo peor cortados en cachitos por la ciencia médica. Es por esto que, para millones de personas, este mal parece no tener curación, ni siquiera reversa; tan sólo un control limitado. Los enfermos muy avanzados mueren de comas diabéticos, ciegos, mutilados de pies y piernas y con heridas que no cerraron; a pesar de los tratamientos convencionales como diálisis, insulina intravenosa y medicamentos de última generación. Pero todo esto ha cambiado radicalmente, pues con nuestra maravillosa Tintura de Yerbas ha llegado la solución natural a este flagelo de la humanidad. Gracias a ello, ahora sí tenemos una esperanza de mejoría verdadera para los enfermos de esta terrible asesina mundial.

 

Causas. Antes de hablar más de la enfermedad, vamos a hablar un poco sobre nuestro maravilloso organismo. Como todos sabemos, las células de nuestro cuerpo requieren energía para realizar sus funciones. Esta energía la obtienen de un combustible llamado hidratos de carbono (o carbohidratos) de los cuales los azúcares —como la glucosa— son la forma más común. De hecho, tanto el azúcar mascabado, como la refinada o la estándar —al igual que la miel de abeja— contienen primordialmente glucosa. Pues bien: una vez que ésta entra al torrente sanguíneo, la función de este energético es entrar a las células; pero para entrar a ellas se requiere de una llave de entrada llamada insulina. Esta es una hormona segregada por el páncreas, (el cual es un órgano que forma parte del aparato digestivo) y se encarga de hacer la glucosa accesible a las células, e impide que su nivel sea excesivamente alto o bajo en sangre; manteniéndola en concentraciones normales. Sin esta hormona, la glucosa no puede penetrar a la célula.

 

De hecho, los niveles de azúcar en sangre varían durante el día aún en las personas sanas. Aumentan después de cada comida y se vuelven a situar en sus niveles normales después de un par de horas. Una persona sana tiene normalmente entre 70 a 100 miligramos de glucosa por decilitro (mg/dl) de sangre en ayunas por la mañana; éstos suben a 120 o hasta 140 después de la ingestión de alimentos o dulces. Este alto nivel de azúcar en la sangre estimula al páncreas a producir más insulina, la cual provoca a su vez el descenso a niveles normales. Cuando una persona hace ejercicio, sus músculos consumen mayor cantidad de glucosa, por lo que el nivel de ésta baja en la sangre, y esto, también es regulado por el páncreas.

 

Existen dos tipos de Diabetes Mellitus: Tipo I o Diabetes Juvenil, y Tipo II o Diabetes de Adulto. La Tipo I se llama “juvenil” debido a que se manifiesta antes de los 30 años de edad; generalmente desde la niñez. La Tipo II se llama “de adulto” porque casi siempre se manifiesta después de los 30 años. La más común de ellas es la de Adulto o Tipo II: el 90% de los diabéticos son del Tipo II. Ambos tipos de diabetes tienen sus diferencias en orígenes y tratamientos.

 

La diabetes juvenil o Tipo I, es la que se considera más problemática de las dos, ya que las personas que la padecen son insulinodependientes, es decir que tienen que administrarse de por vida insulina inyectada si es que desean mantenerse vivos porque su páncreas ya no segrega la natural. Para este tipo de diabéticos, la vida es mucho más complicada y dolorosa que para el común de la gente, pues no solamente tienen que modificar su dieta, sino que tienen que estarse pinchando continuamente los dedos para medirse su nivel de azúcar, luego inyectarse la insulina. Este tipo de diabetes por lo general tiene causas hereditarias; por ejemplo, una mujer obesa embarazada tiene mayores probabilidades de tener un hijo diabético; pero también puede tener causas nutricionales; siendo la más común los errores en la alimentación durante la más tierna infancia; de los cuales el más frecuente es el dar exceso de azúcares desde la cuna. Así fíjese Ud. lector, que ¡hay mamás que dan a sus nenes refrescos de cola en la mamila! Y luego, con los alimentos industrializados para bebé en frasquito —que por cierto adoran muchas mamás modernas— gran parte de los cuales vienen saturados de azúcar o sal, se producen severos daños desde la más tierna infancia que predisponen a la diabetes. Más crecidito el niño se le da o facilita la abundancia de dulces, azúcares, pastelitos de relleno cremoso, frituras, helados y en general comida chatarra que predispone o de plano dispara la enfermedad.

 

La diabetes de adulto o Tipo II, tiene como causa primordial el excesivo consumo de azúcar refinada que hace la población actual, debido sobre todo a la publicidad y la ignorancia nutricional. Pastelillos, refrescos, chocolates, helados, golosinas, son consumidos sin medida alguna por millones de personas. México tiene en la actualidad el consumo refresquero per cápita más alto del mundo; es decir, los mexicanos somos los máximos consumidores de refrescos del planeta. En consecuencia, la diabetes de adulto está creciendo en proporciones cada vez mayores. Cada día hay más y más mexicanos diabéticos, mientras en la televisión y en todos los medios de comunicación se anuncian los refrescos elaborados con azúcar blanca como si fueran la fuente de la vida y la alegría. ¡Vaya falsedad! Los refrescos azucarados son fuente de un sinnúmero de enfermedades, desde caries dental hasta obesidad o piedras en los riñones y como decimos, de Diabetes Mellitus; por lo que en realidad a la larga y en exceso no son chispa de la vida, sino fuente de tristezas, sufrimientos y muertes comprobados por millones de personas. De hecho, los productos con azúcar son tan dañinos a la salud, que por ley deberían traer en grandes letras la leyenda: “Este producto contiene azúcar refinada, que es causa comprobada de diabetes, caries dental y obesidad”; por lo menos para que la población estuviese advertida pues mucha gente piensa que estos productos son tan inocentes como una blanca palomita. Prueba de lo que estamos afirmando, es que del 80 al 90% de las personas con diabetes de adulto también padecen obesidad, la cual es provocada primordialmente por el excesivo consumo de azúcares y grasas; lo que a su vez nos demuestra que la diabetes tiene un origen básicamente nutricional.

 

(Extracto del libro “Manual Naturista para Vivir Saludable y Feliz. Una guía completa de 176 afecciones y enfermedades” por Carlos Baca. Con permiso Alecos ®)

 

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